Desierto de los leones
El parque nacional
desierto de los leones, antiguamente llamado "El Desierto de nuestra señora del Carmen en los Montes de Santa Fe", es uno de los más grandes e importantes parques
nacionales con los que cuenta la Ciudad de México.
Se encuentra en la delegación
Cuajimalpa de Mórelos , y tiene
una extensión de 1,866 hectáreas; se ubica 32 kilómetros al suroeste de la
Ciudad de México y pertenece a la unidad
geomorfológica de la Sierra de las Cruces, la cual forma parte a su vez del
sistema montañoso Eje Neo volcánico Transversal.
Inicialmente, esta área era conocida como el Desierto de Nuestra Señora
del Carmen de los Montes de Santa Fe, nombre que, con el paso del tiempo,
cambió al que permanece hoy en día, es decir, Desierto de los Leones. Existen
dos versiones sobre el origen del nombre del Desierto de los Leones. La primera
versión se da a partir de que en el bosque habitaba el gato montés, también conocido como león americano. La segunda se da gracias a los hermanos León, quienes eran
dueños de las tierras y representantes de los carmelitas ante la Corona española. Si bien este hermoso bosque servía de
paso entre
la Ciudad de México y la cercana ciudad de Toluca, la Orden de los Carmelitas Descalzos eligió esta zona del bosque debido a la
tranquilidad, lejanía y paz observada, a comparación del bullicio humano de la
ciudad, lo que le hizo ganar el término espiritual de "Desierto", y
así se erigió allí uno de los conventos de la orden, que serviría de retiro y meditación cristiana donde podían llevar a cabo el
cumplimiento de sus votos.
Las administraciones siguientes notaron la importancia de los recursos
acuíferos y forestales para satisfacer la demanda de los poblados cercanos,
tales como Santa Fe, en el cual se construyó un acueducto llamado “Agua Delgada”, que llegaba hasta la Ciudad de México. Por ese motivo, el Bosque Desierto de
los Leones se declaró zona de
reserva forestal e interés público en 1876. Pasada la Revolución mexicana, el presidente Venustiano Carranza promulgó el decreto que le otorgó la categoría de Parque Nacional, el 15 de noviembre de 1917.
A finales del siglo XX, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado impulsó,
a favor del Departamento del Distrito Federal,
la preservación, explotación y
embellecimiento del Desierto de los Leones. En 1998, la zona se vio afectada
debido a algunos incendios, por lo que se designó un área de
restauración ecológica para
su recuperación. Dicha región comprendía aproximadamente 400 hectáreas.
Finalmente, el 16 de abril de 1999 se firmó un acuerdo de coordinación por
parte de la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales el Gobierno del Distrito Federal, con objeto de entregarle a este último
la administración y la responsabilidad de preservar, restaurar, desarrollar y
vigilar distintas áreas protegidas, entre ellas el Parque Nacional Desierto de los Leones.
En 1801, la orden religiosa abandonó el convento, debido a tres razones: el clima frío
de la zona lo convertía en un lugar prácticamente inhabitable, debido al
crecimiento poblacional del convento, lo que atrajo cada vez más visitantes,
que ponían en riesgo el voto de silencio, y el motivo más importante: las disputas por el terreno
entre las diferentes familias que reclamaban ser los dueños.
Debido a la guerra de Independencia
de México, la orden
religiosa se encontró en la necesidad de abandonar su estancia en este convento
y cederlo al Estado. Dicha
edificación se transformaría en cuarteles
militares. Un tiempo
después de estos eventos, el lugar fue abandonado y se convirtió en refugio. Se
sabe que se instaló una fábrica secreta que se dedicaba a la producción de moneda falsa.
Para
poder acceder a las órdenes religiosas, era requisito ser hombre y español.
El convento solo permitía la entrada a los carmelitas y a la gente que se
encargara de todos los servicios del convento. Las mujeres tenían prohibido el
acceso al Desierto de los Leones. Los duques, la gente
religiosamente influyente y los miembros de otras órdenes religiosas podrían
hospedarse únicamente en la hospedería, pero sin tener acceso al convento.

El
convento tenía una capacidad para 26 personas. Sin embargo, nunca lo llegaron a
llenar. Entre ellos, había cuatro carmelitas perpetuos, que se quedaban toda su
vida en el convento sin poder salir. La orden de desierto de los leones se
dedicaba a contemplar el proceso de la vida y la muerte con el fin de entender
por qué estamos aquí. Los demás carmelitas venían por temporadas y se iban. La
vestimenta de los frailes consistía en tan solo un calzón de
cadera a tobillo y una túnica. Las campanas de
la iglesia tenían la función de avisar la hora y las actividades a realizar.
Los carmelitas tenían asignadas las actividades, en función de la hora y del
número de campanadas.
El
convento tiene únicamente dos pasillos a los costados y dos intermedios. Cuenta
con una chimenea,
que se utilizaba solo en caso de que un hermano estuviera muy enfermo, en cuyo
caso tendría ese beneficio. También, tenían una de las bibliotecas más
completas de la época. La cocina era de gran tamaño, con la finalidad de
almacenar grandes cantidades de comida para todo el año. Había un cuarto de lavandería,
el de rasura y
el de "oficio humilde", como
le llamaban a los sanitarios. En uno de los pasillos, se
encontraban las celdas (sus
habitaciones), donde se hallaba una base de madera, un escritorio y una
antesala vacía para que no pudiera ser visto ningún objeto o actividad dentro
de la habitación. A estas les dieron una interpretación divina, como celda de
amor hacia Dios.
El
convento tenía muchos jardines, ya que creían que en el paraíso había muchos
jardines, llenos de flores.
Un
aspecto importante para los monjes carmelitas era cumplir con sus votos de
castidad, de pobreza y la oración reflexiva. Debido al poco contacto que tenían
con la civilización exterior, eran considerados ermitaños.
Los que vivían absolutamente solos en las ermitas aledañas
eran dignos de admiración, puesto que tenían el temple para buscar la misión
mayor. Ellos vivían para el espíritu,
sólo con lo mínimo necesario, en silencio y en contemplación por la naturaleza.
Decreto
Tras
la revolución mexicana, en 1917, el bosque del Desierto de los Leones es
convertido en el primer Parque Nacional del país.
El
Decreto por el cual se creó el área denominada como Parque
Nacional Desierto de los Leones fue publicado en el Diario Oficial de
la Federación del 15 de noviembre de 1917, designando por tal
motivo una superficie de 1,529 hectáreas bajo el mandato de Venustiano Carranza.

El
segundo artículo estipula que la administración, conservación y embellecimiento
del parque, quedarán a cargo de la Secretaría de Fomento con excepción de las
ruinas históricas, cuyo cuidado y conservación dependerá de la Secretaría de
Comunicación y Obras Públicas.
El
último artículo autoriza a la Secretaría de Fomento para explotar los recursos
dentro del parque tales como maderas muertas, árboles enfermos, defectuosos o
caducos, y los que alteren o perjudiquen el desarrollo de la vegetación
principal, empleando el producto de ellos en el mejoramiento del mismo parque.
Únicamente la Secretaría de Fomento podrá realizar el corte y explotación de
los árboles. Se prohíbe que la Secretaría celebre contratos u otorgue permisos
a particulares para la explotación de dichos recursos. También prohíben la caza
y el apacentamiento de ganado dentro del parque.
Arquitectura
El convento del Desierto de los Leones es una muestra ejemplar
del estilo arquitectónico carmelita.
Es importante mencionar
que en los edificios de los Carmelitas Descalzos edificados en España, Portugal
y México, no existía una aspiración artística, más bien, la arquitectura era
usada como un medio por el cual se reforzaban conceptos religiosos o visiones
místicas a través de metáforas arquitectónicas. Este estilo se basaba
principalmente en la renuncia a los bienes materiales, obediencia, equilibrio,
sencillez, austeridad y practicidad.
Los edificios fueron
levantados con un deseo sincero de volver a una espiritualidad genuina por
medio de la oración y el amor. Para alcanzarlo, se necesitaban de conventos con
la atmósfera idónea para una concentración mental completamente devota a esta
tarea.
Ex Monasterio
La historia del ex Monasterio del Desierto de los Leones surge
en el siglo XVII ante la necesidad que tenían los monjes de la Orden de los
Carmelitas Descalzos de encontrar un lugar que estuviera alejado del ruido y la
civilización para que pudieran dedicarse al retiro y a la meditación cristiana.
La construcción del monasterio empezó en el año de 1605, siendo Fray Andrés de San Miguel el arquitecto e ingeniero encargado de la obra y el 23 de
noviembre de ese mismo año, el virrey Juan de Mendoza y Luna fue quien coloco
la primera piedra para comenzar con el desarrollo. En 1611 se terminó la
construcción, dando pie a la integración de la orden dentro del convento.

femenina al interior del lugar, señalada en diversos puntos de la
barda mediante una sentencia advertía que cualquier mujer que la traspasara,
sería excomulgada. En segundo lugar, buscaba resguardar a los monjes del
bullicio y del contacto con personas ajenas a la Orden. Actualmente, sólo se
conservan partes de la barda.
En cuanto a las celdas, estaba estrictamente prohibido que los
monjes entrarán a otra que no fuera la suya.
En 1705, debido a la
humedad del lugar y un temblor, el recinto se derrumbó, lo que dio paso a la
construcción actual realizada por el arquitecto José Miguel de Rivera Sarabia con estilo barroco.
Lugares dentro del ex convento
Hospedería

Campanario
A través de los pasillos
del ex convento se llega a la parte trasera de la iglesia, lugar dónde se
encuentra el campanario. La función de este artefacto era ser el reloj oficial
como un llamado de Dios para las actividades del día y del calendario
religioso; las campanas sonaban diferente acorde a cada una de las actividades
a realizar por los carmelitas descalzos. El campanario está hecho de piedra y
cantera, material comúnmente utilizado en la arquitectura del siglo XVI. Para
llegar a él se tenía que subir por unas escaleras, la altura permitía tener una
vista panorámica de una gran parte del Convento.
Iglesia
La Iglesia tiene forma
de cruz latina, es de arquitectura sencilla por la austeridad que manifestaban
los carmelitas descalzos. Es coronada por cuatro capillas, en una de ellas era
donde se encontraban los restos de los frailes. Atrás del altar se encuentra
una habitación denominada “Coro” lugar en donde confesaban a los carmelitas,
siendo el único lugar en donde se encontraba un bosquejo de Cristo pintado en
la pared.
Sótano

Capilla de los Secretos
En esa época, los carmelitas descalzos juraban con el voto de
silencio su amor a Dios. El único momento en el que emitían un sonido era al
momento de rezar, por esta razón utilizaban este lugar para comunicarse y tener
conferencias en las que hablaban de temas religiosos; la dinámica era estar en
las esquinas (de manera cruzada) con la cara hacia la pared para evitar
contacto visual con los demás y no caer en la tentación del demonio al interactuar
con los otros. Es una arquitectura monacal, referente a la estructura de los
monasterios europeos.
Ermitas

Ubicación
Ubicado
al poniente de la Ciudad de México, el Parque Nacional Desierto de los Leones
colinda con las delegaciones Álvaro Obregón y Cuajimalpa de Morelos. En la
actualidad existen dos vías de acceso para los visitantes. La primera, por la
desviación de la carretera México-Toluca, en dirección hacia la Venta y la
segunda, por el camino al desierto desde San Ángel.
Topografía
El Parque Nacional Desierto de los Leones se encuentra
localizado en el centro de la República Mexicana, al suroeste de la Cuenca de
México. Por lo anterior, forma parte de la unidad geomorfológica Sierra de Las
Cruces que a su vez pertenece al Eje Neo volcánico Transversal. Dos ramales montañosos
forman parte de la composición topográfica del parque localizados al norte y
noroeste del territorio del parque. Ambos ramales tienen vértice en el Cerro de
San Miguel. El primer ramal está compuesto por tres cerros: El Cerro Caballete,
Los Hongos y Colorado. Por su parte el segundo ramal de dirección noroeste lo
integran el Cerro Cruz de Cólica, Xometla y Ocotal. Todos estos cerros
confluyen en el arroyo Santo Desierto y son separados por tres cañadas.
El parque se encuentra
situado en una de las zonas con mayor altura sobre el nivel del mar de toda la
Ciudad de México. Su terreno desciende de forma latitudinal de sur a norte con
una elevación de 3,790 metros sobre el nivel del mar y conecta con la zona del
ex Convento con una elevación de 2,700 metros sobre el nivel del mar. Por lo
anterior, el área natural protegida del parque tiene una altitud media de 3,500
metros sobre el nivel del mar.
Geología
La
geología del Parque Nacional Desierto de los Leones está compuesta de rocas
volcánicas que remontan al período Cenozoico, caracterizado por una intensa
actividad volcánica. El movimiento de las placas tectónicas que yacen debajo
del parque propició el surgimiento del Eje Neo volcánico Transversal. Gracias a
la intensa actividad volcánica de la zona en donde se encuentra el parque, los
bancos geológicos se componen de elementos tales como: andesitas de
hornablenda, hiperstena, piro clastos, ceniza y arena volcánica.
Hidrología
Partiendo de las corrientes que son alimentadas de los
manantiales que confluyen en el Desierto de los Leones, dos de los ríos más
importantes del Valle de México tienen su origen en el parque, el Río Mixcoac y
el Río Hondo. Ambos son alimentados por las aguas de otros arroyos que forman
el denominado Arroyo Agua de Leones.

La principal corriente
surge del Cerro San Miguel y desciende desde una altura de 3,700 metros sobre
el nivel del mar. En el trayecto, la corriente se alimenta de manantiales como
El Caballete y Los Hongos. De los Cerros Cruz de Cólica y Xometla se originan
las otras dos corrientes principales que fluyen por las cañadas de Las Palomas
y el Trozal.
Climatología
El Desierto de los Leones se caracteriza por la presencia de
clima templado con lluvias de verano, precipitaciones invernales, semifrío y
frío húmedo en invierno, y fresco sub-húmedo en los límites del parque.
En el norte del Parque Nacional Desierto de los Leones predomina
un clima fresco subhúmedo con temperatura promedio de doce grados centígrados;
presenta variaciones que oscilan entre los nueve y los doce grados centígrados.
Por su parte, en la región poniente del parque prevalece un clima semifrío que
oscila entre los nueve y los once grados centígrados. En la vertiente oriente
de los cerros del Desierto de los Leones existe un clima frío subhúmedo y
húmedo, que ocasionan que la temperatura descienda a seis grados centígrados.
Flora y Fauna
Actualmente, el Parque Nacional Desierto de los Leones cuenta
con 378 especies, repartidas en 219 géneros y 74 familias. La familia Asteraceae es la que más abunda, con 40 géneros y
87 especies.
Flora
de importancia especial
Existen especies en
peligro de extinción como el laurel y la oreja de ratón, mientras que hay otras
sujetas a protección especial: el cerdoón, la flor de hielo, el cedro blanco y
la pipa de indio.
Algunas de las especies
con importancia especial en el Parque Nacional Desierto de los Leones son el
pino, la hoja de flecha, el encino, el encino roble, la barba de San Juan, la
cola de borrego, el ehuejote, la oreja de burro, el rabanillo y el zacatón.
Hongos
No se ha publicado hasta la fecha una lista que integre todas
las especies de macromicetos que existen en el parque, pero hasta hoy, sabemos
que hay 102 especies, correspondientes a 14 géneros de Ascomicetes de 6 familias diferentes y a 47
géneros de Basidiomicetes de 22 familias. La familia con más
diversidad es la Tricholomataceae que cuenta con 18 especies, seguida
por Polyporaceae, Amanitaceae, Boletaceae, Morchellaceae y Pezizaceae.
Hay también 7 especies de especies amenazadas: Morchella
conica Pers, Morchella elata Bull, Morchella
esculenta Pers, Morchella costata, Morchella angusticeps
Peck, Amanita muscaria
y Boletus edulis
Fauna
No hay muchos estudios de fauna documentados en
el Parque Nacional Desierto de los Leones, pero se han registrado 57 familias
de vertebrados, de las cuales tres corresponden a anfibios; cinco, a reptiles;
35, a aves y 14, a mamíferos, con 136 especies en total.
Algunas de las aves que podemos encontrar en el parque son el
gavilán rastrero, el aguililla pecho rufo, el halcón cernícalo, el colibrí
garganta rubí, el colibrí barba negra, el mosquero de Hammond, el zumbador rufo,
el reyezuelo de rojo, el chipe crisal, el chipe de Virginia
Algunos de los mamíferos que se encuentran en el parque son el
conejo, tlacuache, tuza, mapache, collota, zorra gris, venado cola blanca,
ardilla, ratón dorado y zorrillo dorado; muchas de esas especies se encuentran
en una categoría de riesgo.
También hay cuatro
especies reportadas de murciélagos. Todas son insectívoras de vuelo, lo cual
controla las plagas.
Actividades recreativas
Dentro del parque se realizan actividades de educación ambiental
y es destacable su función como centro recreativo y de esparcimiento para los
habitantes del D.F.
Algunas de las
actividades recreativas que se pueden hacer dentro del parque son: ir en
bicicleta, incluso puedes alquilar bicicletas por si no tienes; hacer un picnic
o una parrillada y pasar una buen rato con tu familia y amigos; o si no disfrutar
de las famosas quesadillas que se comen en los diversos puestos de comida que
hay en el parque, caminar por el bosque y ver la flora y fauna que tiene el
Parque.
Todas estas actividades
son un perfecto escape de la cotidianidad de la Ciudad de México pero sin salir
de ella; en el parque podemos tomarnos un tiempo para reflexionar, y pasar un
tiempo en familia y con amistades disfrutando de un paisaje lleno de vida y
paz.
Asimismo el Desierto de los Leones alberga un
museo de sitio, salones para exposiciones y es sede de diversos eventos
culturales como conciertos de música sacra y ferias de horticultura. Además los
parajes que la rodean son un sitio ideal para variadas actividades recreativas
que van desde bicicleta de montaña, hasta caminatas y días de campo en familia.
Actividades deportivas
El
parque Nacional Desierto de los Leones, ofrece diversas actividades deportivas,
para todas esas almas aventureras. Entre estas podemos encontrar carreras,
caminatas, senderismo, equitación, yoga y actividades extremas.
Las
carreras que podemos encontrar en el Parque son “Solo para salvajes” que constan
de 100 millas, estas son carreras que te retarán físicamente a través de las
diferentes pendientes del bosque. Cerca del ex-convento podremos encontrar una actividad
extrema que consiste en una serie de tirolesas de 2.1 km de largo, el recorrido
consta de 12 tirolesas y 10 plataformas, con una altura máxima de hasta 90
metros. La ruta para la caminata
en el desierto de los leones es impecable entre un bosque denso de pinos, el punto más alto que se llega es de 3,700 m sobre el nivel del mar. En el Desierto de los Leones hay varias rutas destinadas al ciclismo, por lo que recorrerlo en bicicleta es una agradable opción para los aficionados al ciclismo. Y para esas personas que desean pasar más tiempo allí pueden considerar la idea del campismo y alpinismo. Este bosque es un lugar ideal para este tipo de actividades
en el desierto de los leones es impecable entre un bosque denso de pinos, el punto más alto que se llega es de 3,700 m sobre el nivel del mar. En el Desierto de los Leones hay varias rutas destinadas al ciclismo, por lo que recorrerlo en bicicleta es una agradable opción para los aficionados al ciclismo. Y para esas personas que desean pasar más tiempo allí pueden considerar la idea del campismo y alpinismo. Este bosque es un lugar ideal para este tipo de actividades
Actividades culturales
Dentro
del parque, se realizan actividades como: exposiciones de arte y de fotografía,
conciertos, obras de teatro, festivales y ferias, tomas cinematográficas,
eventos ecológicos, conferencias de prensa relacionados con cultura, cursos y
seminarios al igual que sesiones plenarias.
Mitos y leyendas
El
Desierto de los Leones cuenta con gran variedad de mitos y leyendas, las cuales
se pueden escuchar en los recorridos guiados o incluso en el espacio de
leyendas nocturnas realizado dentro del convento del Parque nacional Desierto
de los Leones
Situación ambiental
Antecedentes
Con fecha 16 de diciembre de 1983 el Ejecutivo Federal publica el
Decreto de Expropiación del predio conocido con el nombre Desierto de los
Leones. Esto se hizo para poder convertir esta zona en un parque cultural y
recreativo con la finalidad de la preservación ecológica.

Por último, el 16 de
abril de 1999, la Secretaría de Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Pesca firmó con el Gobierno del Distrito Federal
el Acuerdo de Coordinación. En dicho acuerdo, el Gobierno Federal transfirió la
administración del Parque Nacional Desierto de los Leones al Gobierno del
Distrito Federal. Esta iniciativa se concretó el 24 de noviembre del 2000.
Actualidad
El
Parque Nacional Desierto de los Leones es una de las principales áreas verdes
de la Ciudad de México. La superficie forestal comprendida por la reserva
ecológica comprende 1,529 hectáreas de forma poligonal alargada, cuyo eje sigue
el rumbo Noroeste-Suroeste.
El
Parque Nacional Desierto de los Leones se encuentra dentro de la región natural
denominada Cuenca de México, privilegiada en relación con otras regiones de
nuestro país, ya que se considera una de las regiones más ricas del mundo.
Sin
embargo, existe una fuerte amenaza ambiental tanto a la flora como a la fauna
dentro del Parque. El deterioro ecológico mencionado, se debe principalmente a
la cercanía de zonas sumamente urbanizadas, problemas de contaminación,
incendios forestales, extracción desordenada del agua, presencia de fauna feral
e introducción de especies vegetales exóticas. Dentro del parque nacional se
distribuyen al menos 15 especies en alguna categoría de riesgo (amenazadas,
sujetas a protección especial o en peligro de extinción). Los reptiles son el
grupo más afectado por esta situación, pues el 50% de las especies se ubica en
alguna de estas categorías.
Aunada a esta problemática, existe la especial amenaza de fauna feral a especies endémicas dentro del parque. Esto se debe principalmente al abandono de perros en la zona, que al verse a la intemperie recurren a la formación de manadas y se alimentan de los animales silvestres. Esto provoca daños en la conservación de los animales nativos, así como la transmisión de enfermedades.
Por
esta razón, para tener una mejor administración y protección de la reserva
natural, el Parque Nacional Desierto de los Leones se divide en dos zonas: la
primera corresponde al espacio público, que equivale al 19% de la superficie
total. El 88% restante es la superficie abarcada por el área de restauración
ecológica, que incluye la zona devastada por un incendio en 1998. Asimismo,
dentro del Reglamento para el uso y preservación del Parque Cultural y
Recreativo Desierto de los Leones, se establece las prohibiciones y sanciones
dentro de los artículos XIV y XXII.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario